martes, enero 29, 2013

Sueños

¿Te ha dolido como a mí, alguna vez, uno de esos despertares tras un sueño que insistía en hacerte creer que era real? Nunca había pensado en lo crueles que son esos monstruos-de-mil-rostros a los que llamamos sueños. ¿Lo has notado? Tienen la malicia de hacerte dudar con dulces collages de recuerdos, de deseos, de la realidad misma. Embroman los sentidos con sus trucos elaborados, sobre todo a la vista, incauta y deseosa de nuevos colores. Qué terrible tristeza provocan cuando uno se da cuenta que todo es mentira. Y encima, pareciera que se regocijan de lo que causan: es algo que se siente muy dentro, como si se burlaran, como si les pareciese gracioso el dolor que causan. ¿Sabrá alguien cómo protegerse de ellos?

jueves, enero 24, 2013

Profundidad.

Profundidad. Esa fue la primera palabra que me vino a la mente. Quizá porque había un brillo diferente en su mirada, aunque seguía siendo la misma de antes. Y todas esas cosas arremolinadas en mi cabeza. Y ese otro sentimiento con el que no sé qué hacer. Es que no quisiera que fuera malinterpretado, pero ni yo estoy segura de qué es. Solo es una sensación de que debería decir algo más, no contenerme. Lo intenté y aún no pude, por miedo a que le incomodase mi aparente locura. Sé que no es amor, eso es obvio, o al menos no ese tipo de amor. Tal vez amo su esencia, su espíritu, pero no pretendo nada más. Qué desesperante no entender. Aunque lo demás sí lo entiendo, incluso más de lo que creo. Porque a mí también me abruman las posibilidades, me preocupan las decisiones por hacer y sus consecuencias. Porque esas palabras bailando en mi mente eran las mismas que danzaban en sus dedos sobre las teclas. En el fondo me parece un alma no tan distinta a la mía, y eso es desconcertante. ¿Qué es eso más que le noté? Sé que no fue solo el paso del tiempo. Era como otro resplandor, muy sutil. O puede que mi mente solo se deje llevar y hayan sido alucinaciones mías. Solo me queda dormir para recordarlo después.

lunes, octubre 31, 2011

Tengo ganas de.

Tengo ganas de. Frase eternamente incompleta. Porque nunca sé qué es lo que quiero. Porque nunca hay nada para mí. Porque aunque soy algo vivo, la existencia me pasa por los lados, pero me ignora.

Tengo ganas de. Frase eternamente incompleta. Seguramente porque hay algo mal en mí. O tal vez me equivoqué de tiempo. O tal vez no es más que delirios de la misma mente que piensa estas palabras absurdas.

Y de todos modos, aquí sigo, avanzando a tumbos por la vida entre sueños azules y ojos en el piso.

sábado, septiembre 10, 2011

Perspectivas de la nada

A veces el tiempo no deja ver bien lo ocurrido. No es suficiente para lograr entender el pasado. A veces es necesario algo más. Distancia. Distancia entre las dos partes. Distancia entre uno y el mundo. Distancia entre uno y sus sueños...


A veces duele pensarlo, pero siempre que miro atrás, solo veo sombras. Ningún recuerdo es estable. Se difumina demasiado para poder entenderlo. Y siempre que estabas ahí, yo era lo más difuso. Porque probablemente nada fue como yo lo vi. Nada fue como yo lo sentí. Nada, nada; nada igual que siempre. ¿Acaso alguna vez pensabas lo que hacías? ¿Lo notabas siquiera? Todo entre nosotros no fue: todo a medias, todo confuso, todo inestable, todo borroso. Creía a ciegas en algo nacido en la niebla. Náusea de momentos vividos en vano.


Pero ya no más. Desde aquí, lejos, puedo ver que no había nada.


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miércoles, julio 07, 2010

Fuentes de alegría

Créanme o no, mi horrible instinto fatalista me hizo escribir esta cosilla el día que me regalaron mi gatito (Yue se llama, el gato más flojo y cariñoso que haya existido jamás). Es -creo- lo que sentí al verlo y pensar que, como ya sabemos muchos, la felicidad es de corta duración y que incluso lo que parece durar, acaba en cualquier momento. Comentarios y sugerencias serán bien recibidos :3

Malditas pequeñas y hermosas fuentes de esperanza: imposible ignorarlas, imposible no quererlas o no hacerse adicción de ellas. Frágiles, tiernas, ofrecen pequeñas y chispeantes dosis de felicidad como oasis en desierto desolado. Llegan a las almas que vagan sin rumbo, otorgándoles alegría sintética y desechable -para usarse mientras estén cerca- que luego se marchita cuando se van, dejando tras de sí charquitos de dulce melancolía y lágrimas de papel. Aún es un misterio el cómo evitarlas.

viernes, junio 25, 2010

Noche de insomnio...

Este fue escrito el 22 de Enero de este año, como a las casi 4 de la madrugada, la hora en que más escribo. Es algo así como una ennumeración caótica de metáforas inspiradas en cosas que ví, oí, sentí, pensé o soñé por esos días. Opiniones, por favor :3


Noche de insomnio, amargo desvelo, un reflejo sin rostro,  un delirio roto, una lágrima prófuga. La melodía recordada de la tristeza añorada; un sueño encontrado, un  destello acabado. Presagios inciertos, minutos muertos, vacíos abiertos; sonrisas de luz, retazos de vidas, cerradas salidas. El dulce  deseo de etéreos momentos. Pálido encuentro, tangible recuerdo, una brisa de hielo: suspiros eternos, contrastes de invierno. Fantasmas ausentes, miradas inertes. Páginas blancas, dolorosas marcas, extraños tejidos; la hermosa visión de una voz sin color. Sonidos ausentes, perfumes presentes, los suaves arrullos en horas de Luna. Cielos inquietos, espacios repletos, lagunas oscuras, pozos de fuego, incansable juego. Canciones oníricas, mariposas anímicas. El translúcido amanecer de un Sol distante, camino errante, escondite seguro, vientos sin apuro. Volátil amor a palabras inestables: veneno, poción, embrujo de ojos, lenta destrucción. Sensación falsa, estrella caída, red destruida, paz corrompida. Y un ultimo vistazo al inicio del día; el fin de una cordura cae a la inconciencia.

NellySa

jueves, junio 10, 2010

Estuve a punto de flaquear..

Uno chiquito, obviamente inspirado en alguien a quien aprecio, que hace poco tuvo que pasar un momento sumamente difícil. Creo que algunos adivinarán en qué situación fue..


Estuve a punto de flaquear. Tenía ganas de hacerte pequeñito y arrullarte entre mis brazos hasta que durmieses tranquilamente sin pensar en nada. De hacerte aún más pequeñito y guardarte en un rincón seguro de mi corazón para protegerte de todo aquello que aún te esperaba. Y es que por más fuerte que te veía, tus ojos me confiaron tu secreto: te dolía. Y es de lo más lógico y razonable, tanto como mis ganas de no soltarte tras abrazarte, sólo para saber que seguías respirando; mis ganas de no soltar tu mano solo por recordarte que seguía a tu lado; mis ganas de alejarte de aquello y hacerte reír para olvidar; mis ganas de ser de tu tamaño y tú del mío para que fueses tu el que sintiese la protección de alguien grande. Pero nada de eso pude y tal vez fue lo mejor: no fui la única con esas intenciones. Y perdona si subestimo tu fortaleza, si fui fría en apariencia, si en realidad mi presencia ahí no era necesaria o deseada. Pero es que se dolor en tus ojos me mataba, me acuchillaba el alma, me dolía a mí también. Y, como otros, no supe reaccionar, no supe qué hacer para demostrarte mi apoyo. Sólo hice lo de siempre: fingir demencia al pretender que era fuerte, por miedo a ser el aire que derribase el frágil castillo de naipes.


[Te Quiero~]