Créanme o no, mi horrible instinto fatalista me hizo escribir esta cosilla el día que me regalaron mi gatito (Yue se llama, el gato más flojo y cariñoso que haya existido jamás). Es -creo- lo que sentí al verlo y pensar que, como ya sabemos muchos, la felicidad es de corta duración y que incluso lo que parece durar, acaba en cualquier momento. Comentarios y sugerencias serán bien recibidos :3
miércoles, julio 07, 2010
Fuentes de alegría
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