martes, enero 29, 2013

Sueños

¿Te ha dolido como a mí, alguna vez, uno de esos despertares tras un sueño que insistía en hacerte creer que era real? Nunca había pensado en lo crueles que son esos monstruos-de-mil-rostros a los que llamamos sueños. ¿Lo has notado? Tienen la malicia de hacerte dudar con dulces collages de recuerdos, de deseos, de la realidad misma. Embroman los sentidos con sus trucos elaborados, sobre todo a la vista, incauta y deseosa de nuevos colores. Qué terrible tristeza provocan cuando uno se da cuenta que todo es mentira. Y encima, pareciera que se regocijan de lo que causan: es algo que se siente muy dentro, como si se burlaran, como si les pareciese gracioso el dolor que causan. ¿Sabrá alguien cómo protegerse de ellos?

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